sábado, 2 de mayo de 2009

Pánico e Influenza


Ante el "ataque" de la Influenza en su versión porcina, y el paro escolar y laboral que ha tríado a su paso, se dejan escuhar otra vez las voces que revelan una macabra historia de conspiración. Se manejan teorías de todo tipo: un plan maquiavélico para reducir la población, un complot por parte de las empresas farmaceúticas junto con los Estados Unidos para recuperarse de la crisis o el intento desesperado del gobierno mexicano por desviar la atención de asuntos hasta hace una semana y media considerados primordiales.
Estas reacciones son lógicas ante la desinformación palpable que caracteriza a los cortes informativos y a los noticiarios mas seguidos del país. Todos saben a cuales me refiero. Curiosamente esta situación se aplica solo para la televisión, pues incluso programas radiofónicos de estaciones ligadas a los grupos que manejan las televisoras, brindan a sus escuchas más datos y por lo tanto más posibles respuestas.
Tanto Alatorre como López Doriga ven precidas sus respectivas apariciones por cortinillas llenas de suspenso chato, música falsamente alarmante, niños y mujeres con tapabocas, ambulancias con la sirena a tope.....en fin, crean inseguridad; y cinco minutos despúes dicen que todo va bien, que los mexicanos hemos salido de peores, que somos un pueblo luchador etc, etc, etc.
La Internet ha permitido ahondar en la información desde la consulta de diarios internacionales, revistas electrónicas, foros de discusión y la proliferación de "cadenas" en donde se aborda el tema desde la poca confianza en los medios, se insta a pensar por uno mismo o se dan a conocer hípótesis descabelladas.
Nuestra mente moderna (o si quieren posmoderna) observa la falta de lógica en los datos brindados por la autoridad - cosa por demás razonable- pero observa también la perfecta sincronía en conclusiones vagas: crisis económica más visita de Obama a México : Influenza.
Sostengo que el ciudadano promedio ( grupo al cual pertenezco y del cual no pretendo salir) ve su vida afectada por gobiernos, los cuales son afectados por la decisión de un reducido grupo de personas. Esto no es nuevo, claro, solo hay que recordar a Nerón o a los dictadores africanos; pero el simple hecho de asignar culpabilidades a los de arriba es tan insano como negar las malas acciones de un gobierno ¿Por qué? Impide soluciones, impide respuestas,es como la mosca que culpaba de todo al matamoscas y se mató al estrellarse contra la ventana.
Este imaginario es característico de las ficciones que nos han acompañado desde finales de la Segunda Guerra mundial. Una película como Exterminio nos provoca incertidumbre en matizes sangrientos, un libro como !984 nos brinda temor y conciencia: ambos os dejan ver las amenanzas que lleva el poder y la conciencia del poder mismo.
Enfermedades que pueden calificarse de nuevas ( la hepatitis C, el sida o el Ébola)son señaladas como experimentos de laboratorio fuera de control, métodos para mantener a raya a la población o conjuras de la CIA para acabar con problemas en Sudamérica o Asia. Tales acusaciones crean disputas culturales y divisón de grupos sociales. Andreu Domingo señala que tras la crisis económica de los sesenta se volvieron a tratar los temas de la eugenesia, la epidemia y la composición de la población ya sea deacuerdo a clase o a etnia, lo cual dió paso a la teoría conspirativa de la propagación de la epidemia.
Es dificil dilucidar la verdad y aunque acepto que algunos paranoicos resultan ser las personas mas lógicas del mundo no creo que la resolución del problema vaya por ese rumbo. Me han llegado varios correos indicando que la información adecuada es el mejor método de prevención y supremo aliviante de temores. Creo lo mismo, estamos atados a la corrupción pero ni esta tiene influencia sobre la influenza. Chequén el reportaje en Reporte Índigo, el cual un buen amigo hizo el favor de mandarme